Sentado y dándole
la espalda al mundo
de miradas que te
guiñan el ojo.
Tres veces, ir y venir,
extraer y salir,
y llegar tarde.
Tarareando la canción
del bosque, de los
árboles y las caras felices.
¿Encontraste lo que esperabas?
Sabiendo quién te miraba.
Respondimos a nuestras expectativas,
pero perdimos la
perspectiva
y otras cosas más cuando
quedamos a la deriva
(barco a la deriva que...
se hunde un poco cada día...)
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